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miércoles, 4 de septiembre de 2013

Poema Misionero



Meditaba en silencio en las cosas que pasan
Meditaba en los cielos y en su brillo de plata
Meditaba en la obra y en os hombres que avanzan
Y me acorde de ti compañero del alma
Me acorde que saliste una clara mañana
Y partiste, a otro sitio al cual Dios te llamaba
Me acorde que en tus ojos brillaba la esperanza
Y que un gran ideal era el que te impulsaba
Me acorde que tus manos empuñaban la espada
Que no mirabas al sitio solo al que te enviaba
Me acorde que en tu pecho un clamor se ahogaba
Y una lagrima triste pude ver en tu alma
Me acorde que partiste. A una enorme batalla
Y que aun la aflicción llegaba hasta tu casa
Me acorde que aveces la angustia te ahogaba
Y que en muchos momentos tu corazón sangraba
Me acorde que los cielos subían la mirada
Que pensabas que Dios como que se alejaba
Me acorde que hubo noches que parecieron largas
Y el día te sorprendió derramando tus lagrimas
Pero misionero, también me acorde que Dios fue con tu alma
Que Dios por ti peleo, Dios no te dio la espalda tu nunca has estado solo
Solo en esta batalla en momentos de angustia al te brindo la calma
Por eso hoy misionero quiero decirte avanza
Pelea la batalla, vístete de coraza
Cumple tu ministerio, predica la palabra
Marcha, lucha por los perdidos que van si esperanza
Avanza pues la noche oscura se agiganta
No mires los problemas que a diario se levantan
Recuerda que el maestro lo dice en su palabra que solo los valientes la corona arrebatan
Avanza aunque a pedazos se desgarre tu alma
enmarca tu las huellas pide por las naciones
Levanta la bandera que el tiempo ya se acaba
Apréstate a las filas soldado de batalla
Avanza misionero nunca sueltes las armas
Que un futuro glorioso espera a los que marchan 
Avanza misionero no sea fría tu alma
Ya veo la victoria allá en tierras lejanas
Si no te vuelvo a ver misionero del alma
Yo te recordare como uno que avanza
Como uno que cree en un mejor mañana
Yo no te olvidare.

(Pablo Mosqueta, Supervisor en Africa)

martes, 3 de septiembre de 2013

SIN RESERVAS, SIN ARREPENTIMIENTO, SIN VUELTA ATRAS.

           Sin reservas, Sin arrepentimiento, Sin vuelta atrás.

William Borden nació siendo el heredero de la fortuna de su familia. William era un millonario desde el día que nació. Después de graduarse del colegio, sus padres le regalaron un viaje alrededor del mundo. Durante este viaje William vió la necesidad que había en todo el mundo. Este viaje transformó a William y tuvo un gran deseo de ser un misionero. Al volver de este viaje William les contó a todos sus amigos de su deseo de ser misionero. Algunos de sus amigos se mofaron de él y le dijeron que iba a tirar su vida a la basura siendo un misionero. Cuando William escuchó estas palabras escribió en su Biblia “sin reservas.”
William Borden llegó a la universidad de Yale con un propósito en mente, siempre dí al yo “no” y a Jesús “sí”. Los estudiantes de Yale decían que Borden estaba a un nivel espiritual por encima del resto. William estaba muy decepcionado de como las cosas eran en Yale. El decidió hacer algo sobre el estado de los estudiantes en la universidad. El y un amigo empezaron a tener un tiempo de oración y lectura Bíblica antes del desayuno. Al final de su primer año, 150 estudiantes se unían con él y su amigo para tener esas reuniones. En el último año de su carrera, 1,300 estudiantes se reunían en esas reuniones. William empezó muchos ministerios durante su estancia en la universidad.
William Borden sabía que la voluntad de Dios era ir a predicar el evangelio a los musulmanes en China, y esa era su meta. También inspiró a muchos de sus compañeros a que fuesen misioneros. Después de graduarse de la Universidad de Yale, William rechazó muchas ofertas de trabajo que le iban a dar grandes sumas de dinero. En su Biblia William escribió, “no hay vuelta atrás”. William Borden fue al seminario Princeton para estudiar más. Después de graduarse emprendió camino hacia China. Su deseo era ir primero a Egipto para aprender árabe. Después de un mes en China, William Borden contrajo Meningitis y murió con 25 años.
Vaya testimonio el de William Borden! ¿Tenían sus amigos razón al decir que había desperdiciado su vida? No, la historia no termina aquí. Después de que las noticias llegasen a Estados Unidos, cientos de jóvenes rindieron su vida al campo misionero y vidas de cientos de personas fueron cambiadas. Cuando la Biblia de William llegó a Estados Unidos encontraron dos palabras más debajo de “¨sin reservas¨ y ¨no hay vuelta atrás¨”, las palabras eran “sin arrepentimiento”.
¡Ojala hubiesen personas como William Borden hoy en día, que estuviesen dispuestos a dejar las riquezas y la fama de este mundo por servir a nuestro fiel Salvador! ¡Ojala hubiesen personas que desechasen sus familias y sus países para que otros conozcan a Jesucristo!

“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” -Gálatas 2:20